Creo que este debate que @dcaldera empieza a plantear suele resultar muy interesante y qué bueno escuchar a fotógrafos de confianza de Google (tanto nuevos como veteranos) que puedan dar su punto de vista.
Les diré el mío.
La expectativa
Desde 2012 vengo siguiendo el programa de fotógrafos de confianza de Google. Esperamos por bastante tiempo a que estuviera disponible en Colombia. Fue en septiembre de 2015 cuando por fin pudimos acceder a esta idea, que siempre la he visto como una idea MARAVILLOSA.
¿Por qué? Porque, al menos teóricamente, es perfecta. Nadie pierde, todos ganan. Gana Google, porque tiene contenido gratuito que mejora la calidad de sus búsquedas, ofrece más información y porque tiene a una legión de fotógrafos encargándose de subir contenido de calidad.
Gana el comercio, o local, porque la combinación de la ficha de Google con unas buenas fotografías y recorrido virtual, permite mostrarse y venderse de mejor manera. No me cabe duda que unas buenas fotografías del interior de un local atraen a más clientes, dan más confianza, y en últimas ofrecen mayores ventas. Solo si nos fijamos en las estadísticas de las fichas de Google, veremos la importancia de la ficha de Google.
Gana el fotógrafo panoramista, porque se crea una demanda que hasta antes del programa, era más reducida. Vender un producto de Google (no nos digamos mentiras, pero esto es lo que se vende), lleva en cierta manera el respaldo de una de las empresas de tecnología más importantes hoy por hoy.
Y por último gana el usuario, porque en últimas tendrá más y mejor información.
Yo no veo por dónde, en teoría, repito, alguien pueda salir perdiendo.
Y así lo vi desde 2012. Me extrañó la demora en implementarlo en nuestro país y en Latinoamérica. Fue mucho tiempo.
Ese tiempo hace que en el segmento de Fotógrafos Certificados de Google, exista una serie de fotógrafos más veteranos que otros. Y esta división hace que los fotógrafos veteranos tengan una postura que yo entiendo hasta cierto punto, cuando empezó el declive del programa, justo cuando yo ingresé.
##La cruda verdad
Llegó septiembre de 2015, el programa se abrió a todo el mundo. Esto, desde mi perspectiva fue muy bueno porque por fin pudimos acceder aquí en Colombia y en todo el tercer mundo. Yo lo vi como una gran oportunidad.
Pero muy pronto empecé a notar un olor a podrido que no me gustó. Lo primero, en la actitud que muchos de los fotógrafos veteranos empezaron a tomar en el espacio que Google destinó para despejar dudas, el famoso foro de Google Street View en español.
Yo, que venía de fundar el antecedente de Kamaradas, el foro de www.fotografia360.org, donde el ánimo de compañerismo, de amistad y caballerosidad ha sido destacable, me encontré con un ambiente hostil, por decir lo menos.
Empecé a entender que muchos “veteranos” se molestaban por preguntas que parecían obvias para ellos. También es cierto que a estos foros empezó a entrar mucha gente sin ninguna idea de fotografía. Sin embargo, la culpa de toda esta primera etapa del declive fue Google precisamente.
Un día realicé una pregunta (seguramente muy tonta), y se me hizo extraño recibir muchísimos correos particulares de colegas respondiéndome (en privado) mas no el foro. Era demasiado extraño. Hasta que supe, por alguno de estos buenos amigos que me tenía en aprecio, que yo debería leer el manual que Google ofrece.
¿El qué?
##Así que había un manual… ¿y ahora?
Me enteré que en el proceso de los veteranos, había sido un poco distinto. Más estricto, pero también con mayor nivel de información. ¡Tenían un manual! Por favor… y entonces pregunté abiertamente por él, y la respuesta fue, ni más ni menos que Google sacó del aire todos los manuales. Y lo peor: ningún compañero de los veteranos podía compartirlo, porque eso daba pie a que se le echara del programa, por divulgar material confidencial.
¿Qué es esta locura?
Yo justamente estaba por esos días una larga temporada en los Estados Unidos. De pura casualidad, una amiga radicada en la Florida, cuyo nombre obviamente no diré, había aplicado al programa hacía un buen tiempo. Y tenía todos los manuales impresos, archivados. Por supuesto que me los permitió leer. Y ahí me di cuenta de por qué me habían rechazado 8 de los 10 tours que había enviado, de manera optimista.
Seguía oliendo el tufillo de lo extraño. No entendía cómo yo aplicaba, enviaba tours y jamás obtenía una respuesta, ni positiva ni negativa.
Tenía que escribir formalmente cada cierto tiempo para saber si habían aprobado el tour o no. Un desorden increíble, que no se equipara al buen nombre que hasta el momento sentía que tenía Google, esa buena fama de empresa. Yo no podía entenderlo.
Finalmente creo que envié cerca de 22 tours para que me aprobaran 10 tours para obtener la certificación. Fui el primero en lograrlo en Colombia, luego siguió @mapi y luego Alejandro y ahí estuvimos los primeros meses.
Me dio la ligerísima impresión que todo esto era un plan que consistía en que existía un idiota útil (el fotógrafo) quien termina haciendo un trabajo importante para Google que es el “reclutamiento” de comercios para su banco de Google My Business… comercios que en algún momento terminarán siendo clientes de Google. Un poco maquiavélico el plan… pero no me cabe duda de que fue la estrategia: abrir el programa para tener miles de fotógrafos (sin importar la calidad del trabajo), de tal manera que con la “zanahoria” de la certificación, salieran como locos a buscar clientes y, entre más rechazos, mejor, porque dicho fotógrafo continuará el proceso hasta conseguir la famosa insignia.
Un poco cruel ¿no?
Lo que más se me hacía extraño era que los 12 tours que me rechazaron por no cumplir con las normas de calidad (que jamás me presentaron) y que jamás decían la razón de rechazo, siguieron publicados en Google. Es decir, Google recahzaba tours por “malos” pero no los borraba… ¿Por qué? Muy extraño, pero espero que ya estés pensando por qué lo hace: necesita volumen, no calidad.
##Pasaron 6 meses y empezó el declive definitivo
No pasaron ni 6 meses desde que logré la certificación, cuando las reglas cambiaron drásticamente. Ahora el declive era más evidente: cualquiera con 50 panorámicas obtendría la certificación. Sí, sí… panorámicas realizadas con cámaras 360, valían… Aunque todos sabemos la pésima calidad que estas ofrecen.
Lograr certificarse hoy en día es de lo más sencillo. El programa ya no le apuesta a la calidad que en un principio se ufanó de tener. Lo que cuentan los veteranos al respecto, raya en la exageración. Rechazaban tours por motivos ínfimos. Hoy en día, ser fotógrafo certificado NO es sinónimo de calidad. Cualquiera lo logra.
Ahora, yo no me lamento porque el acceso se abrió a todo el mundo. Pero sí me dio una sensación de inseguridad TREMENDA. Les seré sincero: no confío en Google.
##Cuando Google ofrece gratis lo que tú cobraste: DESCONFIANZA
Y menos con historias como las que uno empieza a escuchar, de pánico: un colega español, que ya habiendo ido a un hotel a ofrecer sus servicios, se da cuenta que Google días después, va a ofrecerle al mismo hotel el tour virtual TOTALMENTE GRATIS. Y hecho por Google mismo. ¡Qué peligro!
¿Se imaginan la cara de este colega cuando le dicen en su cara que es un mentiroso y estafador por estar cobrando por algo que el propio Google le hace gratis? Historias de estas creo que muchos tendrían por contar.
Eso da mucha desconfianza.
##Inestabilidad… ¿qué ofrecer?
También la inestabilidad misma del producto. Cómo es posible que deje de funcionar características de un día para otro… ¿características que hacen parte del discurso de venta? Les doy un ejemplo: el enlace entre el Street View callejero y el Street View del fotógrafo. Eso es un tremendo argumento de ventas: “mire señor restaurantero: cuando alguien esté en el Street View de Google, en una calle, podrá hacer clic en la puerta de su local y ENTRAR a recorrerlo”…
—¡Fenomenal! ¿Dónde hay que firmar?
Y luego, meses después, esta característica que existía y que deja de existir, la nota ese cliente, que ya no está tan entusiasta, sino bastante mal humorado…
—Oiga señor fotógrafo… ya no funciona lo que me prometió. Por favor arréglelo.
Y el pobre fotógrafo se va al penoso equipo de soporte de Google a pedir que lo arreglen y termina con una inquietante respuesta y sin la solución… pero con un ex cliente muy disgustado.
Eso da absoluta desconfianza. Yo, de mi parte, procuro NO vender Google Street View, porque no quiero tener problemas a futuro.
Iniciamos en Colombia muy juiciosos una plataforma propia (al estilo de Tourmake) para hacer tours virtuales mucho más enriquecidos que la simpleza que Google ofrece en su plataforma.
Y este proyecto, lo dejamos abandonado a pesar de haber invertido un buen dinero. Funcionó en su primera etapa, pero mejor decidimos dejarlo ahí por la desconfianza que esta gente de Google a mí me da.
##Se tiraron la idea
Y es así como una excelente idea, mal ejecutada, se va deteriorando. Una verdadera lástima. Cada día veo cómo las noticias empeoran, y el declive es evidente.
Mi sugerencia: si eres fotógrafo de confianza, desconfía.